Las constructoras advierten que la inflación ha duplicado el costo de insumos y materiales, lo que reduce las utilidades en proyectos licitados. Las instituciones públicas también reconocen tener dificultades
Tarija atraviesa una de las etapas más difíciles para el sector productivo y de la construcción en la última década. La crisis económica, agravada por la inflación, la escasez de carburantes y el encarecimiento de materiales, ha empujado a empresas constructoras a detener proyectos e incluso a quebrar, mientras que las autoridades advierten que sin ajustes urgentes, la paralización será generalizada.
El representante de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia (SIB) filial Tarija, Pascual Velásquez, asegura que la inestabilidad de precios y la falta de medidas efectivas han hecho que muchas empresas desistan de presentarse a licitaciones públicas.
Mencionó como una de las causas la escasez de carburantes y la falta de dólares que sigue complicando la importación de materiales e insumos que cada vez cuestan más, lo que torna insostenible avanzar con las obras.
El dirigente señala que, aunque el Gobierno anunció un decreto para ajustar precios en los contratos en ejecución, en la práctica “ninguno ha sido aprobado”. El resultado, menos proponentes, más obras paralizadas y una creciente incertidumbre.
Manifestó que algunas empresas argumentan que es mejor no hacer nada, que entrar a un proyecto y acabar en quiebra. Advierte que en muchos casos los costos se han disparado entre un 100% y 200%, cifras que vuelven inviables los contratos firmados hace meses o años.
Transporte: seis carreteras en pausa
La Federación del Autotransporte 15 de Abril también siente los efectos. Su ejecutivo, Gabriel Pérez, enumera al menos seis proyectos camineros paralizados en Tarija, entre ellos el tramo Falda La Queñua – Cruce El Valle, prometido desde hace años y que a la fecha no ha podido arrancar.
“Es falta de financiamiento. Tarija fue la billetera del país y ahora está relegada. En el Chaco ni siquiera se concretó la carretera principal”, reclama.
Municipio en números rojos
El alcalde de Tarija, Johnny Torres, describe una situación límite, los precios de los materiales locales se han duplicado y los importados, como hierro, cables y focos, cuestan el doble que hace un año.
A esta presión se suma la caída de ingresos municipales, ya que las familias, golpeadas por la crisis, han dejado de pagar impuestos. “A fin de año apenas tendremos 13 millones de bolivianos, y con esta inflación no alcanza para nada”, advirtió en una entrevista con Plus TLT.
Torres no duda en dar una cifra dramática, el 80% de las empresas constructoras de Tarija han quebrado. Las pocas que sobreviven aceleran sus obras para evitar que el alza de materiales las deje sin margen de ganancia.
La autoridad también señala que algunas de las empresas constructoras, el único trabajo que tienen son aquellos proyectos que se han adjudicado de alguna entidad gubernamental y se dedican solo a ese, porque no tienen que más hacer.
“Un 50% de las obras que nosotros tenemos se declaran desiertas en las licitaciones, porque no se presentan, yo podría decir que los ladrillos son tarijeños, sí, pero el fierro no, entonces tenemos esa clase de problemas”, indica.
Efecto dominó en otros sectores
La crisis también golpea a la Gobernación, que ha enfrentado problemas en la provisión de canastas alimentarias para adultos mayores y personas con discapacidad. Las licitaciones se hacen con precios referenciales, pero estos quedan desfasados en cuestión de semanas, generando incumplimientos y disputas contractuales.
En el caso del Hospital Regional San Juan de Dios (HRSJD), su director Dulfredo Ozuna, también advirtió de algunas dificultades para realizar la compra de medicamentos. Explicó que cuando se publica una convocatoria se lo hace en base precios de la Lista Nacional de Medicamentos Esenciales (Liname) y lo que establece la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud (Agemed), pero que las empresas tampoco se presentan, debido a que estos fármacos suben semanalmente y los costos quedan desfasados.
Y la crisis no solamente ha paralizado licitaciones, sino también el trabajo de instituciones públicas. Una de estas es la tan cuestionada Asamblea Legislativa Departamental de Tarija (ALDT), que arrastra un déficit financiero que aún no ha podido superar, en consecuencia, dejó de pagar servicios básicos, no tiene ni para combustible, peor para hacer mantenimiento de sus motorizados, lo que ha frenado las tareas de fiscalización en provincias.
La mirada en el siguiente gobierno
La mayoría de los entrevistados coinciden en que el próximo gobierno tendrá que atacar tres frentes de inmediato para tratar de paliar la crisis económica que azota al país, el primero es normalizar el suministro de carburantes, el segundo establecer un mecanismo real y ágil de ajuste de precios en obras públicas, y un tercero, el recuperar la confianza de los inversionistas y garantizar seguridad jurídica.
Cabe señalar que la crisis económica ahora no solamente afecta al departamento de Tarija, sino que es a nivel nacional, tanto en el sector público como privado. Varias regiones han reportado la parálisis de su economía que, entre la incertidumbre y la inflación, ha hecho que construir sea un riesgo que ha puesto en apuros a diferentes rubros. FUENTE: EL PAÍS DE TARIJA