RFI/ En la Franja de Gaza se ha superado el umbral de las 50.000 muertes, después de poco más de dieciocho meses de guerra. Y todo hace pensar que este saldo “histórico” corre el riesgo de seguir aumentando en el enclave palestino, todavía preso de la “devastación”, en palabras de Guillaume Ancel, ex oficial y cronista de guerra.
“El saldo de la agresión israelí ha alcanzado los 50.021 mártires y 113.274 heridos desde el 7 de octubre de 2023”, afirmó este domingo 23 de marzo en un comunicado el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás en la Franja de Gaza. Estadísticas consideradas confiables por las Naciones Unidas.
El alto el fuego firmado el 15 de enero dio esperanzas a los palestinos pero también a gran parte de los israelíes, incluidas las familias de los rehenes aún retenidos en la Franja de Gaza.
Sin embargo, en apenas unas horas, el 18 de marzo, quedó destrozado e Israel perpetró lo que el diario Haaretz considera «la mayor masacre de niños» de la historia del país: doscientos niños, cien mujeres, más de 400 asesinados en total en un solo día.
Después de poco más de dieciocho meses de guerra, 50.000 palestinos han muerto en el enclave palestino, entre ellos el 70% mujeres y niños. Una cifra sin precedentes en nuestra historia contemporánea, pero que sin embargo está subestimada en aproximadamente un 40% con respecto a las difundidas por el Ministerio de Salud de Hamás, afirmaba en enero de 2024 un estudio publicado en la revista The Lancet.
“Una cifra que refleja el horror de lo que está sucediendo en Gaza”
“Teniendo en cuenta la violencia de los bombardeos y especialmente las municiones utilizadas, la mitad de las cuales eran bombas de una tonelada proporcionadas gratuitamente por Estados Unidos, creo que superamos con creces las 100.000 muertes. Un bombardeo tiene como objetivo matar al menos a una persona. Así que cuando hemos llevado a cabo 100.000 bombardeos como los israelíes en la Franja de Gaza, inevitablemente dejamos más de 100.000 muertos», analiza Guillaume Ancel, ex oficial y cronista de guerra.
Explica que utilizar una bomba de una tonelada no tiene otro objetivo que devastarlo todo, no apuntar a nada con precisión. “Cada vez que atacamos, sabemos muy bien que su único objetivo es matar», asegura.
Un número desproporcionado de muertes que las autoridades israelíes denominan “víctimas colaterales”. Víctimas colaterales que ahora son víctimas principales. Durante el ataque del 18 de marzo, 137 civiles murieron por cada combatiente de Hamás o de la Jihad Islámica. Es difícil de entender que bebés y niños puedan ser objetivos de guerra por ser miembros de Hamás. El primer ministro israelí había explicado sus dos objetivos desde el inicio de la guerra: “erradicar a Hamás y liberar a los rehenes”.